¿Has sentido alguna vez que tu vida tiene un propósito? ¿una misión?
¿Has sentido que a lo largo de tu vida su trayectoria te lleva a darle sentido?
¿Has sentido alguna vez que a través del perdón y el agradecimiento, los sucesos de tu vida obtienen una secuencia, donde del sufrimiento da un salto para hacerte coocreador del diseño vital, dejando de ser victima?
¿Te has dado cuenta que ignorar los significados transcedentales de la vida te llevan al caos, y este, a su vez, hace que te des cuenta de aquello que da valor a lo que haces?
¿Crees que los sucesos, las emociones y acciones son claramente positivas o negativas?
El flujo de la vida nos trae las vivencias que necesitamos para engancharnos a sus profundidades tranquilas y seguras. Desde ahí podemos sentir el gozo supremo de estar vivos y formar parte de una misión divina, que va más allá de nuestra existencia personal y social. Los aconteceres cotidianos nos traen luz a nuestra mente, consciencia de que somos más que lo se ve y se toca. Lo que nos ocurre no es positivo ni negativo por si, simplemente es, y ese ser nos lleva a nuestro Ser. Es el Ser el que nos conecta con la magnificiencia de la creación a traves de los devenires de nuestro corto viaje por la Tierra, sin dejar de tener los pies sobre ella. Al mismo tiempo, podemos entender, ver la belleza, interna y externa, en lo sutil y en lo material, y sentir, y gozar, y Amar, de modo pleno, y desde ahí actuar como Humanos.
¿Has sentido que a lo largo de tu vida su trayectoria te lleva a darle sentido?
¿Has sentido alguna vez que a través del perdón y el agradecimiento, los sucesos de tu vida obtienen una secuencia, donde del sufrimiento da un salto para hacerte coocreador del diseño vital, dejando de ser victima?
¿Te has dado cuenta que ignorar los significados transcedentales de la vida te llevan al caos, y este, a su vez, hace que te des cuenta de aquello que da valor a lo que haces?
¿Crees que los sucesos, las emociones y acciones son claramente positivas o negativas?
El flujo de la vida nos trae las vivencias que necesitamos para engancharnos a sus profundidades tranquilas y seguras. Desde ahí podemos sentir el gozo supremo de estar vivos y formar parte de una misión divina, que va más allá de nuestra existencia personal y social. Los aconteceres cotidianos nos traen luz a nuestra mente, consciencia de que somos más que lo se ve y se toca. Lo que nos ocurre no es positivo ni negativo por si, simplemente es, y ese ser nos lleva a nuestro Ser. Es el Ser el que nos conecta con la magnificiencia de la creación a traves de los devenires de nuestro corto viaje por la Tierra, sin dejar de tener los pies sobre ella. Al mismo tiempo, podemos entender, ver la belleza, interna y externa, en lo sutil y en lo material, y sentir, y gozar, y Amar, de modo pleno, y desde ahí actuar como Humanos.
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