En una mente dual, nos reconocemos sólo como masculino o femenino, aunque ambos tipos de energías y valores conviven tanto en hombres como en mujeres. Asimismo, durante siglos nuestras cualidades femeninas han quedado relegadas a un segundo plano, limitando de esta manera nuestros recursos humanos.
El resurgimiento actual de lo femenino en su camino hacia la completitud de las
personas abre diferentes fases:
1) recuperar lo femenino en hombres y mujeres a través de la consciencia e integración
2) equiparar lo femenino con lo masculino tanto en el ámbito privado como público
3) acceder a una alerta consciente para mantener la armonía en el Ser Humano.
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