(Extracto del articulo de Fanny von Laere publicado en la revista Athanor mayo/junio 2012)
...la desconexión y represión de nuestra parte femenina e intuitiva nos ha llevado al estado represivo interno en el cual estamos y a crear la sociedad represiva en la cual vivimos.....
La mayoría de las personas tienen miedo a su lado más sensible, suave y vulnerable. Reprimen cualidades femeninas tales como la intuición, la gentileza, la escucha y la confianza, porque tienen miedo de ser heridas de nuevo. Vivimos en un mundo en el cual se nos enseña que , a fin de poder sobrevivir, necesitamos ser fuertes, y que la vulnerabilidad es algo negativo y peligroso cuando, en realidad, llegar a conocer nuestra vulnerabilidad abre las puertas a una mayor fortaleza y autoestima, y nos hace ser más humanos.
La relación entre la represión interna y de nuestro lado femenino - TANTO SI SOMOS HOMBRES COMO MUJERES - y el estado actual de nuestra sociedad (cómo las personas se relacionan entre sí y nuestro impacto negativo sobre el medio ambiente) es obvia. Nos hemos desconectado de nuestra parte más humana y sensible, y nos es, por lo tanto, imposible crear relaciones basadas en la cooperación y el amor. Nuestra lucha interna para silenciar nuestra vulnerabilidad se proyecta en la forma en la cual vemos el mundo y en la dinámica de las relaciones que creamos.
Los niños aprenden temprano en el seno de su familia, a competir en vez de cooperar. En nuestra sociedad las relaciones que hemos establecido, ya sea en el ámbito de la familia, los negocios, las relaciones sociales, la religión o la sique de las personas, son reflejo del dominio del "fuerte" sobre el "débil". Así lo expresa Michael Sky: "La dominación masculina sobre las mujeres crea el modelo y avala la dominación del fuerte sobre el débil, del rico sobre el pobre, del amo sobre el esclavo, del soldado sobre el pacifista, del industrial sobre el campesino y de la humanidad sobre animales, plantas y ecosistemas."
Podemos ver fácilmente cómo el resto de los traumas humanos están relacionados con la represión de lo femenino: al desconectarnos de nuestro lado más sensible, nos hemos alejado de nuestra verdadera naturaleza y de la Fuente. Esta es la raíz de la pulsión de muerte: porque, cuando nos desconectamos de la Vida, nos volvemos autodestructivos. Del mismo modo, subyace también aquí una identidad falsa y separada en vez de dejar que nuestra intuición se mantenga en contacto con nuestra verdadera naturaleza y con la Fuente. Por otra parte, hoy en día la mayoría de los bebés nacen en hospitales donde la tecnología es más importante que las verdaderas necesidades de la madre y del niño; Michael Odent lo llama "La sobremasculinización del nacimiento.". Asimismo, la senilidad es el proceso de sanación de todos nuestras traumas de infancia, creados por la falta de apoyo y amor. Finalmente, el trauma de la escuela y el síndrome de desaprobación parental están basados en la falta de respeto hacia las necesidades y la creatividad del niño.
Es difícil imaginar lo que ocurría si alcanzáramos el equilibrio entre nuestro lado masculino y femenino. Probablemente viviríamos en un mundo poblado exclusivamente por personas amorosas, poderosas y bondadosas. Crearíamos el paraíso en la Tierra.
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