Cada ser humano posee y expresa el
creativo universal. Entrar
en contacto con el propio significa utilizar el poder creativo, que eres y
que emana de tu ser más íntimo, de manera deliberada, consciente y
voluntaria. Uno está siempre creando sus circunstancias con este poder,
pero lo hace inconscientemente y sin darse cuenta de ello. Lo que
pensamos y sentimos, lo que imaginamos, lo que secretamente deseamos y tememos, da forma y determina la sustancia creativa que constituye la
fuerza motriz de ese poder.
EL FUNCIONAMIENTO DE LOS DOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Hay dos principios fundamentales a partir de los cuales funciona el proceso creativo. El primero es la activación, el otro es el principio de no interponerse en el camino y permitir que las cosas sigan su propio curso. Estos dos principios creativos existen en todo el universo y se manifiestan en todas las cosas de tu vida. Controlan todo lo que sucede deseable e indeseable, importante o banal, desde el suceso más pequeño y mundano hasta la creación del universo. Si lo que se crea ha de ser constructivo, fructífero, alegre y placentero, entonces estos principios deben interactuar de manera armoniosa, deben completarse. Si lo que se crea es destructivo, doloroso, vergonzoso o triste, los dos principios también deben estar trabajando, pero en este caso lo hacen de manera distorsionada e incomprendida. En vez de complementarse, interfieren el uno con el otro. En vez de que configuren una totalidad unidad, un cierto dualismo los convierte en opuestos mutuamente excluyentes. Cuando se reconcilian los dos lados de la dualidad, entonces las dos fuerzas aparentemente opuestas trabajan juntas hacia una meta.
La dualidad
en contra de la unidad es una situación que se manifiesta en toda la
creación: siempre que una entidad es sacada de su centro y por lo tanto
está sumida en la ignorancia y el error y aparece la dualidad.
Todo
el globo terráqueo, especialmente la conciencia humana, se encuentra en
el estado dualista, de modo que todas las funciones creativas
perceptibles se encuentran divididas. El proceso creativo también se
encuentra afectado por el estado dualista de la conciencia humana.
Los
dos principios fundamentales de la creación, activar y dejar que las
cosas sigan su propio curso, son leyes universales presentes en todo lo
que ha sido creado. No se trata de leyes mecánicas como las de la
gravedad. Todas las leyes, incluyendo a las leyes físicas e
impersonales, surgen de, a través de y por la conciencia, y tienen que
haber sido creadas por la combinación de estos dos principios
fundamentales. La creación directa, con sus leyes específicas siempre es
una expresión de la conciencia, pues todo en la creación sólo puede ser
resultado de la conciencia.
No importa si la conciencia surge de un
cerebro individual o de una persona o si la conciencia es el gran
espíritu universal que impregna toda la vida. El principio es el mismo.
Tu actitud consciente expresa si activas o no y dejas que las cosas
sigan su propio curso o no. Estos dos principios y sus papeles requieren
de un profundo análisis.
EL PRINCIPIO MASCULINO
Activar significa que la entidad consciente deliberadamente busca, pone en movimiento, se mueve hacia, causa, determina o usa estas fuerzas voluntariamente llamándolas a la acción y quitando cualquier obstáculo que pudiera surgir. El esfuerzo y la perseverancia son parte integral del poner las fuerzas creativas en acción. Esto es un hacer de manera activa. Podemos llamarlo el principio masculino dentro de la creación. La actitud de “permitir que las cosas sigan su curso" significa ser receptivo y esperar. También es un movimiento, puesto que todo lo que está vivo debe moverse. Pero este tipo de movimiento es muy diferente de aquél del principio activador. El principio activador se mueve hacia afuera dirigiéndose hacia otro estado, mientras que el ánimo de permitir que las cosas sigan su curso es un movimiento dentro de sí mismo, es un movimiento involuntario de pulsación. El movimiento de activación, en cambio, es deliberado y auto-afirmativo. Las palabras son insuficientes para explicar estos hechos así que tendrán que escuchar con su oído interior y utilizar su imaginación y sus facultades más profundas para percibir lo que les estoy diciendo.
EL PRINCIPIO FEMENINO
La actitud de permitir que las cosas sigan su curso está sostenida por una actitud de esperar paciente y confiada, en permitir que el proceso madure hasta fructificar, en someterse a las fuerzas que están en movimiento. Éste puede ser llamado el principio femenino de la creación. Tal como dije antes, los principios masculino y femenino existen en cada tarea y en cada creativo. El acto auto- afirmativo y voluntario expresa confianza en sí mismo y conocimiento de la propia naturaleza divina. El aliarse a las fuerzas creativas, sometiéndose a ellas, muestra una profunda confianza en la vida y en el estado del ser que no requiere ni un ápice más de movimiento que la activación de los poderes en los que uno confía.
Todo lo que funciona bien en el universo,
desde las más pequeñas manifestaciones de la vida mundana, combina estos
dos aspectos de la vida y de la conciencia. Nada puede crearse sin que
estos dos principios actúen. No es posible que se realice ninguna unión
entre los dos sexos a menos que de estos principios funcionen de la
manera en que deben hacerlo. El placer supremo es posible en la medida
en que estas actitudes sean sanas, y hasta el nivel en el que la
confianza en uno mismo y en la vida permita que ambos principios se
manifiesten.
Tanto los hombres como las mujeres representan ambos
principios, solo cambia su organización, énfasis, grado, proporción y
relación del uno con el otro. El hombre sano e integral no representa
exclusivamente al principio activador, del mismo modo que la mujer sana e
integrada no sólo representa al principio de permitir que las cosas
sigan su curso.
Los hombres y las mujeres deben expresar ambos
aspectos pero el énfasis de cada uno difiere y las áreas en las que los
dos aspectos creativos se manifiestan también son diferentes. Una vez
que empiezas a pensar en esto y a mirar la vida con este nuevo enfoque
que reconoce a los dos principios en su funcionamiento, verás y
comprenderás mucho más acerca de la creación misma y acerca de los
sucesos del mundo. Ya sea que abras un negocio, que inicies una relación
con otra persona, que seas el creador de tu destino o de un universo,
todo dependerá de la medida en la que comprendas y utilices de manera
armoniosa los principios creativos masculino y femenino y qué tan
consciente seas de ambos dejándolos que surjan de ti.
Cuando estos
principios creativos se distorsionan y se les utiliza de manera
equivocada generan confusión y falta de armonía. El resultado no puede
ser más que la destrucción.
DISTORSIONES DE LAS FUERZAS CREATIVAS MASCULINA Y FEMENINA
Un hombre no puede atreverse a ser completamente un hombre y a activar la fuerza creativa de manera deliberada y voluntaria mientras su inconsciente se encuentre aún sumido en la hostilidad, el coraje y la cólera, pues en ese caso el principio activador amenaza con expresar esos impulsos destructivos. Existen muchos hombres y mujeres en el mundo que todavía están tan poco desarrollados que no tienen el menor recato en expresar sus impulsos destructivos. No les importa activar el principio masculino aun cuando lo hagan para hacer surgir actos violentos y negativos.
Sólo cuando se avanza en el desarrollo
interno y el individuo ya no desea expresar la violencia y la
destrucción, él o ella podrá asustarse ante su propio principio activo y
retenerlo. Es por esto que no puedes ser enteramente un hombre o una
mujer a menos de que establezcas una buena relación con tus emociones y
tus deseos negativos. Cuando por fin los enfrentas de lleno, pierden su
poder. Mientras no seas consciente de su existencia, te controlarán y te
obligarán a actuar de acuerdo con ellos sin que siquiera puedas darte
cuenta de lo que haces ni de por qué lo haces. En ese caso tal vez darás
explicaciones racionales a su existencia o harás que su destructividad
se vuelva en contra tuya por el temor de dejar salir el principio activo
y tener que cosechar sus semillas negativas. Así durante una etapa de
transición dentro de la evolución, la gente se abstiene de utilizar el
principio activo pues cualquier activación estaría basada en la
negatividad.
Esto explica por qué tanta gente está paralizada en la
inactividad y el estancamiento. Temporalmente la gente se retiene para
evitar una mala utilización del principio creativo. En consecuencia, una
activación sana, la auto -afirmación y la autonomía también se
encuentran suspendidas y deben esperar que se les suelte una vez que la
personalidad se ha asentado y ha dominado sus problemas con su
naturaleza destructiva. La gente tal vez tiene que aparecer muchas veces
en este plano terrestre para que se vaya redituando la intensidad de
sus fuerzas activadoras con el fin de que dejen de expresar una forma
distorsionada del principio creativo activador.
Sólo cuando tengan
el valor y la honestidad de ver y aceptar las emociones y los deseos
dañinos que viven en su interior, sólo cuando las comprendan y las
evalúen totalmente podrán ver sin duda alguna que son medidas defensivas
innecesarias que no sirven para nada más.
Conforme esos
sentimientos se vuelven obsoletos y ya no tengan que estar en guardia
contra sus reacciones espontáneas, podrá actuar libremente en su
interior el más grande poder que hay en el universo. Entonces ya no
temerán ese poder, pues estará libre de toda contaminación, perversión o
distorsión, y podrán exigir algo en su derecho desde que nacieron, la
utilización de sus propias fuerzas creativas.
Suele suceder que
alguien esté suficientemente limpio de distorsiones destructivas como
para utilizar sus poderes internos sin riesgos, pero el viejo hábito de
retenerse está tan firmemente arraigado que la persona puede inútilmente
abandonar el uso de su principio activador al no ser consciente de que
no corre riesgo alguno al hacer uso de él. La destructividad que aun
existe ya no es peligrosa porque ya es bastante consciente. La persona
está lo suficientemente alerta para impedir que la destructividad la
controle y origine acciones negativas. Sin embargo, todavía no sabe que
con el mismo poder con el que puede manejar las agresiones que todavía
existen, también es capaz de utilizar las más grandes fuerzas del
universo que se encierran dentro de su ser.
Cuando, por fin, uno se
conecta con su parte divina, entonces puede utilizar el poder activador
para crear las circunstancias de su elección. Así que debemos
diferenciar entre los que acertadamente controlan su actividad creativa
porque tienen un miedo justificado a los componentes negativos del
mismo, y aquellos que la controlan simplemente porque no saben que
tienen un potencial positivo. Estos últimos son como alguien que ha
estado dormido por mucho tiempo y, que al despertar, desconoce el poder
de sus facultades y las posibilidades de su desarrollo.
El principio
masculino tiende hacia el exterior y conduce a acciones generadoras de
consecuencias. La acción que sigue a la fuerza conductora construye,
afecta, provoca y determina activamente. Cuando la persona está
completamente consciente de que ya no necesita fuerzas destructivas y,
por lo tanto, ya no les teme, también empieza a descubrir que es capaz
de crear. En este momento la gente cubre los poderes que existen dentro
de ella y se percata de que su mente puede activarlos. El principio
femenino de la receptividad, de dejar que las fuerzas activadoras
funcionen como deben para fructificar, se distorsiona cuando la entidad
se rehúsa a asumir su responsabilidad.
El principio creativo femenino
se pervierte cuando al hacer a un lado la auto-activación uno se somete
a la autoridad de otra persona en lugar de someterse a sus propios
poderes internos activados.
De la misma manera, una mujer que le
entrega su autonomía a su pareja porque tiene mucho miedo y pereza de
asumir las consecuencias de sus actos, construye una caricatura o una
parodia de la feminidad. Su sometimiento no está motivado por el amor y
confianza en su pareja y su meta no es experimentar el éxtasis mediante
la unión de los dos principios creativos en esta manifestación en
particular. En cambio, se somete sólo por su temor a la vida, rehusando
asumir sus obligaciones.
Este tipo de rendición o abandono no puede
traer nada favorable para ninguno de los dos. Pero no se puede engañar a
la vida. El resultado es que tan sólo aumenta su miedo a la vida, lo
mismo que su miedo al hombre que supuestamente debe ser su autoridad.
Seguramente teme la esclavitud que ella misma ha creado.
Es así como
el principio femenino o la feminidad a menudo se asocia erróneamente
con el desamparo, la pasividad y la inferioridad, mientras que el
principio masculino suele asociarse equivocadamente con la fuerza bruta y
la superioridad. Del mismo modo, un hombre no puede ser realmente un
hombre si no está libre de la destructividad y dispuesto a dejar que el
principio activador funcione a su manera.
Dicho de otro modo, debe
seguir al principio femenino con el fin de poder activar completamente
al masculino, al igual que una mujer íntegra debe activar el principio
masculino para entregarse al femenino.
LA INTERACCIÓN ARMONIOSA
Esta interacción entre hombre y mujer expresa los dos lados del poder creativo de una manera muy obvia. La unión de los sexos es satisfactoria en la medida en que los dos lados estén en armonía al interior de cada uno de los miembros de la pareja. La armonía entre ellos sólo se establece cuando se cumple esta condición. Es correcto que un hombre tema a sus fuerzas activadoras mientras no es consciente de su destructividad y por lo tanto no la puede controlar, lo mismo que una mujer puede temer la entrega total mientras se sienta desamparada por la razón distorsionada que sea. Si no posee sus poderes intrínsecos, la entrega puede ser debilitadora y peligrosa.
Dado que los hombres y
las mujeres expresan los principios tanto masculino como femenino, ambos
tienen que limpiar sus poderes activadores de violencia y de
hostilidad. Y los dos tienen que reconocer que la causa de todo lo que
les sucede se encuentra en su ser, en vez de culpar a los factores
externos por su sufrimiento. Al trabajar sobre sí mismos dentro de un
camino de auto- transformación, hombres y mujeres pasan a través de
patrones idénticos del ser inferior. Encuentran su falsa de agresión,
hostilidad, violencia, sobre- actividad, impaciencia y negativa a
esperar que fructifiquen los poderes. También encuentran su falsa
receptividad y su falso permitir el curso de las cosas, esto es, su
negativa a reconocer su responsabilidad, su pereza, su tendencia a
seguir el camino del menor esfuerzo.
Una de las maneras de evadir la
responsabilidad consiste en encontrar una autoridad que se encargue de
ella. Hombres y mujeres deben trabajar sobre los mismos problemas, pero
su interacción se realiza en un nivel complementario y no igual. No es
posible alcanzar la realización personal si no se convierten en hombres y
mujeres íntegros en el sentido más profundo de la palabra. Es por esto
que los problemas humanos siempre tienen que ver antes que nada con la
relación entre los dos sexos. No importa qué otros problemas tengan los
seres humanos, siempre están, al menos indirectamente relacionados con
su masculinidad o su feminidad. La expresión y el manejo de los
principios creativos masculinos y femenino permea toda su personalidad.
EL PAPEL DE LOS DOS PRINCIPIOS EN LA REALIZACIÓN DE CUALQUIER TAREA
Tomemos un ejemplo en el trabajo. ¿Cómo pueden tener éxito en el trabajo si su principio activador está ausente o apagado y ustedes no son lo bastante emprendedores y sanamente agresivos, o si no saben activar sus poderes creativos y los retienen? ¿Qué sucede si los dejan salir, pero las fuerzas activadoras son hostiles y antisociales? En ese caso inevitablemente tendrán problemas con su entorno, independientemente de sus capacidades profesionales. Si falta el espíritu amoroso no desearán contribuir a la vida con, ni a través de su trabajo. De modo que no podrá haber nada creativo en él y los poderes espirituales profundos no se manifestarán. Si, a pesar de todo, desean enriquecer la vida, podrán con seguridad enriquecerse a través de su actividad, sin sentirse falsamente culpables por su sana agresividad. La activación creativa se encargará de servir a los dos de manera equilibrada, enriqueciendo a los otros y al ser en todas las maneras posibles.
¿Y cómo sería posible
que lo activado madure si el principio creativo femenino no puede
funcionar dejando que las cosas sigan su curso, esperando que
fructifiquen mediante la confianza en las fuerzas puestas en acción? Sus
poderes intuitivos llegan a su conciencia sólo cuando el espíritu
receptivo de permitir que las cosas sigan su curso prevalece después de
la activación. Entonces pueden dejarse guiar de acuerdo con la más alta
sabiduría, la de la inspiración creativa indispensable para el éxito de
cualquier trabajo. Esto también consiste en dos aspectos: la inspiración
debe ser activada deliberadamente por la mente, pero la mente debe
permitir que fluya libremente para que se manifieste sin su
interferencia.
Las leyes que estoy señalando aquí son válidas dentro
de cualquier tarea o realización. Ya sea que hagan trabajo doméstico o
que trabajen como artistas, científicos o cualquier otra cosa, la ley es
siempre la misma, aunque la proporción en el que estos principios
funcionan puede variar.
Si uno de los dos principios funciona de
manera sana, el otro debe estar igualmente bien. No es posible que uno
esté sano y el otro esté distorsionado. De modo que el hombre que tiene
dificultades para poner a funcionar su activación dentro de un área
específica de su vida, seguramente tiene problemas para permitir que las
cosas sigan su curso y dejarse llevar, en otra.
A la vez sería
falso pensar que el hombre que no es suficientemente activo y agresivo,
lo es en todos los aspectos de su personalidad. Inevitablemente
descubrirá un área en la cual es hiperactivo, excesivamente masculino, y
precisamente ahí es en donde debería funcionar el principio femenino.
La distorsión es una compensación por la poca actividad en el sitio en
donde debería ejercitar su fuerza activadora masculina, pero no lo hace.
Inversamente, un hombre que expresa una forma exagerada del
principio masculino debe encerrar áreas en las que es demasiado pasivo y
que expresan su principio femenino distorsionado. Estos ejemplos son
aplicables de la misma manera a las mujeres.
EQUILIBRAR LOS DOS PRINCIPIOS DENTRO DE CADA INDIVIDUO
La manifestación de los principios masculino y femenino en la vida interior de cada individuo es una parte sustancial de la realización personal. Debes estar especialmente atento a estos principios dentro de tu trabajo sobre ti mismo.
La verdadera espiritualidad debe
convertirlos en hombres y mujeres completos en el mejor sentido y en
todos los niveles de su existencia. Su crecimiento inevitablemente
armonizará estos niveles. Pero cada uno debe descubrir mediante el auto-
examen de qué modo y en qué sentido existe una falta de armonía o un
desequilibrio. Cuando seas capaz de amar verdaderamente, estos
principios se expresarán en ti de manera total. O por decirlo de otra
manera, la deliberada activación del poder creativo en su máximo
potencial, gracias a que ya no temes tu propia destructividad y a que
tienes confianza en los poderes universales para que terminen
adecuadamente lo que de manera voluntaria pusiste en movimiento, no
tendrás miedo de entregar a tu ego voluntarioso a un poder superior,
siendo entonces capaz de amar. Todo lo que hagas con este ánimo será
creativo y combinará los dos aspectos de la creación.
El deseo de dar a la vida nunca estará amenazado por el empobrecimiento de ti mismo, sino todo lo contrario.
El
hombre amoroso activará un poder sublime en él y en su pareja con el
propósito de enriquecer a ambos. La confianza que su mujer tiene en él
estará garantizada permitiendo que su entrega sea acertada y digna, lo
cual fortalecerá su personalidad. El abandono de su determinado ego será
una experiencia deseada que no tiene por qué temer, y la activación de
él se vuelve entonces algo enormemente enriquecedor para los dos.
Esto
es algo muy diferente del tipo de activación que el hombre
pseudo-controlador. Él sólo tiene una actitud que oprime a la mujer con
el fin de exaltarse a sí mismo haciendo que ella justificada y
razonablemente tema entregarse. De este modo él está obstaculizando el
desarrollo de ella como mujer.
La entrega de la mujer enamorada
realza el dominio de la auto-activación de su compañero. Ella estimula
la realización completa de su persona sin competir con su activación
porque esto ya no constituye una amenaza, pero su receptividad no debe
ser confundida con la pasividad paralizada que no es sino una distorsión
de una feminidad sana.
La actividad pulsante del alma en el estado
receptivo de permitir que las cosas sigan su curso, el estado de ser y
de entregarse, es una fuerza vibrante que contribuye a la masculinidad y
a la fuerza de su pareja.
La mente pone en acción a la voluntad y
define los pasos que se deben dar, al tiempo que llama a una sabiduría
superior interna. Todas éstas son verdaderas actividades con sus propias
características. Pero una vez dados estos pasos, el principio receptivo
debe ponerse a trabajar, una vez que estas fuerzas han sido activadas,
la entidad debe dejarlas que fructifiquen. La persona que no es capaz de
esperar a que esto suceda, sino que quiere resultados inmediatos y los
atribuye únicamente a su activación, viola el principio femenino de la
creación en cuestión. De este modo es imposible que haya éxito, o tal
vez lo habrá hasta ahí, en donde los dos factores pudieron funcionar.
Una
semilla que se siembra no puede sacarse inmediatamente convertida en
planta. Se le debe dar tiempo para que germine dentro de la tierra hasta
que aparezca el brote. Las leyes agrícolas demuestran maravillosamente
la totalidad de los dos aspectos de la creación. El Pathwork es un acto
creativo deliberado de este tipo, y utiliza los dos principios en la
misma medida. Benditos sean, amigos míos, cada uno de ustedes.
Encuentren nueva fuerza y nuevos estímulos en estas palabras y que una
nueva apertura de puertas les ayude a salir de donde han estado
obstruidos. Tal vez mis palabras encontrarán un eco en su corazón capaz
de echar a andar dentro de ustedes algo que les haga desear activar aún
más su búsqueda en la dirección que conduce a la profundidad de su ser.
Una vez que hayan enfrentado, aceptado, comprendido y eliminado los
obstáculos, sus más altos poderes creativos podrán empezar a
desarrollarse.
Benditos sean, hagan florecer cada vez más la grandeza y la belleza que inherentemente son: ¡Dios!
Extracto del libro: "Del miedo al Amor". El Metodo Pathwork para transformar la relación de pareja. Por: Eva Pierrakos - Judith Saly
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