El
primer principio del ecofeminismo es simplemente reconocer que este
hermoso mundo del cual somos parte es una tierra viviente, que es una
tierra sagrada y es la que sostiene cualquier forma de vida. Incluida la
economía dominante que niega a la tierra misma.
La
gente que toma más de lo que necesita de la tierra es aquella que la
está saqueando a una velocidad muy, muy rápida: la industria minera, la
industria maderera, la industria genética, aquellos quienes están
robando los genes y pretenden que ellos son los creadores.
Quito, 26 de Noviembre 2010
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